lunes, 14 de marzo de 2011

Y allí estaba.

Un tropel de gente pasaba a través un viejo letrero, en el que citaba " Instituto Blanco", huyendo de la lluvia. Una vez dentro, Emma y Carla se apresuraron a subir los escalones de mármol de la entrada, y reunirse con los demás alumnos en el hall. El hall era muy grande y estaba formado por columnas. El suelo de mármol estaba embarrado.
De repente, todos los alumnos guardaron silencio. En el pie de la escalera, por donde se subia a las aulas, estaba el director de colegio, vestido de traje. El lugar estaba tan silencioso, que hasta el zumbido de una mosca se hubiera oido en todo el insituto. Emma miró al director. Don Ramón era muy respetado por sus alumnos y nadie se osaba a romper el silencio que habia, ni siquiera los más rebeldes.
-Buenos días a todos. -comenzó el director- Bien, seré breve. Espero que este año, que esta apunto de comenzar os sea muy provecho y aprendais muchas cosas. No quiero entreteneros y quitaros tiempo de clase -esbozó una breve sonrisa- Los de primero, dirigios hacia el patio, para la asignación de clases. El resto, volved a vuestras aulas de siempre.
Y sin decir nada más, el director se marchó.
Carla y Emma subieron las escaleras, hasta topar con la clase de 4ºA.
Cuando entraron, Emma no puedo evitar que un escalofrío le recorriera el cuerpo. Allí, en la última fila, sentado solo en un pupitre, estaba el chico del autobús.

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