martes, 1 de febrero de 2011

-¿Emma? ¿Emma?
-¿Que?
Emma parpadeó y se giró para mirar a Carla, su mejor amiga. Estaban en el autobús escolar, sentadas atrás del todo. Carla había estado hablando con unos chicos que se sentaba en el asiento de enfrente. Emma, ensimismada, apenas se habia dado cuenta de que habían parado en el pueblo de al lado y que en ese momento un joven subía al autobús. 
-Te has quedado embobada.
-Sí, ya, estaba pensando en mis cosas.
Carla enarcó una ceja.
-¿Todavia estas pensando en ese sueño?
-Es que hay algo que no me cuadra. 
-¡Vamos, Emma, solo es un sueño, no te rayes!
-Sí, tal vez tengas razón... -Emma paró de hablar repentinamente. 
En ese momento, el chico que acababa de subir al autobús se volvió y Emma le vió la cara. Su pelo era castaño claro, revuelto y rasgos finos y delicados. Pero eso no fue lo que más llamó la atención a Emma. Sus ojos verdes, brillaron al mirar a Emma a los ojos. De repente, él chico se giro bruscamente, tomando asiento junto a otro chico.
-Y entonces... ¿Emma, me estas escuchando?- Carla chascó los dedos delante de su cara, sobresaltandola.
-¡Carla! Mira ese chico- Emma señalo con un moviento de cabeza al muchacho, al que se le habian tensado los músculos de la cara. 
-Que guapo es..
-¡No me refiero a eso! ¡Mira sus ojos!
Carla volvió la cabeza y escruto el rostro del muchacho.
-Castaño con ojos verdes. -Carla suspiró, encantada-
-Son los mismos ojos que ví en mi sueño, ¡estoy segura!
Carla la miro, seriamente.
-Emma, eso son solo paranoias tuyas, deja de darle vueltas de una vez, maldita sea.
Emma se dió por vencida.
-Esta bien, esta bien... ya lo dejo.
-Así me gusta- Asintió Carla.
Pero no fue así. Emma no quitó ojo de encima al muchacho en todo el trayecto, y, por el rabillo del ojo advirtio, que él tampoco le quito el ojo de encima a ella, sus ojos verdes teñidos de curiosidad.

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