lunes, 14 de marzo de 2011

Y allí estaba.

Un tropel de gente pasaba a través un viejo letrero, en el que citaba " Instituto Blanco", huyendo de la lluvia. Una vez dentro, Emma y Carla se apresuraron a subir los escalones de mármol de la entrada, y reunirse con los demás alumnos en el hall. El hall era muy grande y estaba formado por columnas. El suelo de mármol estaba embarrado.
De repente, todos los alumnos guardaron silencio. En el pie de la escalera, por donde se subia a las aulas, estaba el director de colegio, vestido de traje. El lugar estaba tan silencioso, que hasta el zumbido de una mosca se hubiera oido en todo el insituto. Emma miró al director. Don Ramón era muy respetado por sus alumnos y nadie se osaba a romper el silencio que habia, ni siquiera los más rebeldes.
-Buenos días a todos. -comenzó el director- Bien, seré breve. Espero que este año, que esta apunto de comenzar os sea muy provecho y aprendais muchas cosas. No quiero entreteneros y quitaros tiempo de clase -esbozó una breve sonrisa- Los de primero, dirigios hacia el patio, para la asignación de clases. El resto, volved a vuestras aulas de siempre.
Y sin decir nada más, el director se marchó.
Carla y Emma subieron las escaleras, hasta topar con la clase de 4ºA.
Cuando entraron, Emma no puedo evitar que un escalofrío le recorriera el cuerpo. Allí, en la última fila, sentado solo en un pupitre, estaba el chico del autobús.

martes, 1 de febrero de 2011

-¿Emma? ¿Emma?
-¿Que?
Emma parpadeó y se giró para mirar a Carla, su mejor amiga. Estaban en el autobús escolar, sentadas atrás del todo. Carla había estado hablando con unos chicos que se sentaba en el asiento de enfrente. Emma, ensimismada, apenas se habia dado cuenta de que habían parado en el pueblo de al lado y que en ese momento un joven subía al autobús. 
-Te has quedado embobada.
-Sí, ya, estaba pensando en mis cosas.
Carla enarcó una ceja.
-¿Todavia estas pensando en ese sueño?
-Es que hay algo que no me cuadra. 
-¡Vamos, Emma, solo es un sueño, no te rayes!
-Sí, tal vez tengas razón... -Emma paró de hablar repentinamente. 
En ese momento, el chico que acababa de subir al autobús se volvió y Emma le vió la cara. Su pelo era castaño claro, revuelto y rasgos finos y delicados. Pero eso no fue lo que más llamó la atención a Emma. Sus ojos verdes, brillaron al mirar a Emma a los ojos. De repente, él chico se giro bruscamente, tomando asiento junto a otro chico.
-Y entonces... ¿Emma, me estas escuchando?- Carla chascó los dedos delante de su cara, sobresaltandola.
-¡Carla! Mira ese chico- Emma señalo con un moviento de cabeza al muchacho, al que se le habian tensado los músculos de la cara. 
-Que guapo es..
-¡No me refiero a eso! ¡Mira sus ojos!
Carla volvió la cabeza y escruto el rostro del muchacho.
-Castaño con ojos verdes. -Carla suspiró, encantada-
-Son los mismos ojos que ví en mi sueño, ¡estoy segura!
Carla la miro, seriamente.
-Emma, eso son solo paranoias tuyas, deja de darle vueltas de una vez, maldita sea.
Emma se dió por vencida.
-Esta bien, esta bien... ya lo dejo.
-Así me gusta- Asintió Carla.
Pero no fue así. Emma no quitó ojo de encima al muchacho en todo el trayecto, y, por el rabillo del ojo advirtio, que él tampoco le quito el ojo de encima a ella, sus ojos verdes teñidos de curiosidad.

domingo, 9 de enero de 2011

"Solo ha sido un sueño".

Respiró profundamente, dejando que el frío aire de la mañana acariciara su rostro. Cerro los ojos, disfrutando de aquel momento. Emma estaba sentada encima de una roca, en mitad del bosque que había cerca de su casa. Había vuelto a discutir con Luis, su tutor desde hacia seis años, desde que, misteriosamente, habían desaparecido sus padres y, como siempre, Emma había huido allí, su pequeño escondite. 
Emma oyó un crujido a sus espaldas. Abrió los ojos bruscamente y se giró. No había nadie. "Habrá sido un animal, probablemente una ardilla", pensó. Volvió a cerrar los ojos, intentando calmarse. 
De repente, se oyó otra vez un crujido, pero mucho más cerca de ella. Emma se levantó de un salto, mirando alrededor:
-¿Hay alguien ahí?- preguntó con voz entrecortada. No hubo respuesta.
"No es nada, Emma, es tu imaginación", se dijo así misma. Miro alrededor un poco recelosa, y entonces lo vio. A través de las ramas de un árbol, le pareció ver unos ojos verdes, unos ojos que la miraban fijamente, con curiosidad y con una pizca que diversión brillando en ellos. De repente, todo se quedó oscuro en la mente de Emma....

Emma despertó con un grito. Su camisón estaba empapado en sudor frío. Se llevó la mano al pecho y respiro hondo. Luego dirigió la mirada a la alarma de números fluorescentes que tenia en su mesa noche, al lado de la cama: eran las 4:32. Con un suspiro, Emma se volvió a tumbar en la cama. "Solo ha sido un sueño..."